TITANIC
¡¡Ganadora de 11 oscars!!
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Al fin, la más esperada producción de los últimos años, el Titanic de Cameron, llega a nuestras pantallas arropada en nominaciones para las más importantes categorías a los Globos de Oro (antesala de los Oscars) y rodeada de una imponente expectación. Y es que Titanic no decepciona en ninguno de sus objetivos, a saber, el ser un lujoso producto de Hollywood, pleno de recreación histórica, ambiental y humana, a la vez que un exponente del cine espectáculo clásico americano, lo último en efectos especiales capaces de dejar con la boca abierta a los ya muy acostumbrados espectadores.
Hay que decir que los muchos valores del filme de Cameron no sorprenden a quienes ya habíamos calificado a este peculiar director como uno de los grandes nombres del cine americano actual, capaz de convertir simples espectáculos pirotécnicos como Terminator 2 o Mentiras arriesgadas (True Lies) en auténticas obras maestras del ritmo, la planificación y del entertainment con mayúsculas. Denostado por quienes no son capaces de ver en un director arrasa taquillas valores que vayan más allá de lo comercial (como le ha pasado también a Spielberg), Cameron ha querido demostrar que puede realizar un filme que conjugue un elaborado trabajo de definición de los personajes (sobre todo los protagonistas espléndidamente interpretados por DiCaprio y
Winslet
), una historia de claros vértices humanistas y un superespectáculo basado en un hecho real y no en una ficción más o menos fantástica, como ocurre con el hundimiento del legendario transatlántico.
Y es que Titanic es la crónica de una catástrofe anunciada aliñada por una bella historia de amor entre un bohemio pasajero de tercera clase y una bella señorita de la alta burguesía prometida con un despótico magnate (interpretado por un Billy Zane por una vez soportable). Dicha relación y su destino se verá marcada por la tragedia del barco y es recordada desde la actualidad por el personaje de la
Winslet , a causa de la búsqueda de un enorme diamante por parte de unos investigadores en el buque sumergido.
Pero Titanic sorprende porque a pesar de su duración extremada (más de tres horas), nunca pesa su metraje en el espectador, porque sabe mantener el interés de una historia sin suspense (todos sabemos qué va a pasar) no sólo a base de los impresionantes efectos especiales, sino durante la hora y cuarto de metraje en la que se desarrolla la historia de amor. Llegados a la tragedia, Cameron rehuye de todos los tópicos del cine de catástrofes contemporáneos, rodando casi en tiempo real y mostrando con severo realismo el infierno en el que se convirtió el barco más lujoso del mundo, destacando momentos como la huida de los obreros de las calderas, la ruptura del buque en dos mitades y los aterradores planos finales del filme con miles de cadáveres congelados en las aguas del Atlántico. Así, Titanic está muy cerca (en diálogos y situaciones concretas) del filme de Roy Baker repuesto simultáneamente en Barcelona, La última Noche del Titanic (A Night to Remember) una referencia básica y reconocible a simple vista en la obra de Cameron, además de la obvia alusión a Abyss:el secreto, filme anterior del director en el que se intentaba desarrollar una historia romántica dentro de un filme (en aquel caso) de ciencia ficción, con momentos como el de la muerte de Mary Elizabeth Mastrantonio que mucho tienen que ver con el contenido romántico de Titanic, amén de las primeras secuencias desarrolladas en los restos del buque sumergido en la actualidad, que parecen una secuela de aquella otra superproducción de Cameron.
Ni que decir tiene que la dirección artística, la fotografía , el vestuario y la banda sonora de Horner resultan deslumbrantes, pudiendo decir que Cameron ha conseguido su objetivo: demostrar al público que es capaz de emocionarle del mismo modo que le aterró con Aliens o le zarandeó con sus dos Terminator, en suma, Titanic viene a ser La lista de Schindler (Schindler's list) del Sr. Cameron.
Ficha Técnica
Dirigida por: James Cameron |
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Argumento
Una anciana superviviente de la tragedia del Titanic narra el apasionado romance que mantuvo con Jack, un pasajero de 3ª Clase que también viajaba en el buque. Rose nos cuenta con detalle el impacto con el iceberg y el hundimiento del barco, prestando especial atención al modo cómo lo vivieron los protagonistas de esta romántica historia. |
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Leonardo DiCaprio |
¿Qué dice la prensa?
TITANIC supera, en su primer fin de semana, todas las previsionesEl nuevo film de Cameron recaudó 4.000 millones de pesetas |
NUEVA YORK- A toda máquina, Titanic: pulverizó las taquillas en Estados Unidos y venci6 su particular duelo con la última de James Bond, El mañana nunca muere, que se proyectaba en el doble de cines y con el triple de sesiones.
La épica duración de la película -tres horas y 14 minutos- (y podía haber durado más porque no pusieron en la última versión unas imágenes inéditas) no arredró a miles de espectadores que se dejaron durante el fin de semana 28 millones de dólares (unos 4.00O millones de pesetas) y pusieron en muchos cines el cartel de «no hay entradas».
INEVITABLE RETRASO.- Titanic, la superproducción más cara de la historia del cine (más de 200 millones de dólares), ha tenido que salvar incontables icebergs en los últimos dos años. El accidentado rodaje, el disparatado presupuesto y el inevitable retraso del estreno, previsto inicialmente para el verano pasado, hicieron temer un naufragio económico comparable al del malogrado trasatlántico. Pero el director, James Cameron, curtido en misiones imposibles (baste citar Terminator, The Abyss y Mentiras arriesgadas), aguantó impertérrito hasta el final y renunci6 a dos terceras partes de su sueldo para poder llevar la película a buen puerto.
Al final, la larga espera ha compensado. En todo este tiempo, Titanic se ha metido en el bolsillo a la crítica, ha logrado despuntar en el camino hacia los Oscar (ocho nominaciones para los Globos de Oro) y ha provocado una expectación en el público comparable a la de los clásicos dramas épicos típicos de la década de los 70.
Aún así, a Titanic le queda una ardua travesía por delante para recuperar gastos. Los dos grandes estudios que la financiaron, la Fox y la Paramount, estiman que deberá recaudar al menos 350 millones de dólares en todo el mundo para no perder dinero.
MAS QUE BOND.- «Hemos superado con creces nuestras previsiones», dijo ayer Bill Mechanic, director de la Fox- «Superar al invencible James Bond ha sido el mejor de los presagios» .Además, Titanic no es una de esas películas que el segundo fin de semana caen en picado. La gente sale conmovida del cine, y la publicidad que mejor funciona a la larga es el boca a boca.
Titanic es, sin duda, el evento del año, por encima incluso del regreso de un clásico esperado, La Guerra de las Galaxias, proclamaba exultante el vicepresidente de la Paramount, Robert Friedman.
«Todo eso lo ha conseguido la pelicula por méritos propios, a pesar de la mala prensa que ha tenido. El filme se ha convertido ya en un grandísimo éxito artístico. Llegados a este punto, el éxito económico queda en segundo plano».
Diario EL MUNDO, Martes 23 de diciembre 1997 |
MI OPINIÓN:
Esta nueva recreación cinematográfica del viaje ya mítico del histórico Titanic aspira a ser algo más que una simple reinterpretación de los hechos que tanto han dado que hablar e imaginar a tres generaciones. El Titanic se hundió en el Atlántico Norte en 1912; el cine, con su magia engrandecedora, se ha encargado de mitificar los hechos, de enervar con intenciones dramáticas todo lo sucedido, a partir de los ásperos (aunque también nostálgicos) recuerdos de los supervivientes.
No engañemos a nadie. James Cameron
ha dado forma a este su gran Titanic como una plaza de juegos donde hay cabida
para una abigarrada serie de emociones, recreándonos con todo lo que se ve, y
con lo que no se ve, manteniendo al buque como escenario grandioso, primer
motivo de la película.
Podemos dividir las tres horas y media de
duración en tres segmentos, cada uno de los cuáles candidato a película
independiente:
La belleza de lo grande toma en Titanic una interpretación diferente, un sentido de placer visual a las órdenes de la historia, competencia que no desaprovecha.
A partir de una historia basada en el incombustible y eterno
tema de la imposibilidad amorosa entre diferentes clases sociales, el guión se
combina de forma irreprochablemente predecible con la necesaria segunda parte,
marcada por el desastres del iceberg, despliegue de efectos visuales. Todo este
desarrollo se ve una y otra vez salpicado de escenas memorables, carentes de
humor, donde Leo está como nunca (Leo: fuera de los Oscars), y siempre bajo una
banda sonora culto a la música celta irlandesa; son al que Cameron dirige a Leo
y Kate en un ataque de alegría, felicidad y júbilo que pronto se le contagia
eficientemente al espectador. Son los mejores momentos de la película,
auténticas y veraces aproximaciones a la idea máxima de felicidad por amor.
Cameron reduce a sus personajes centrales a una casi utópica pareja, a un
par de niños que aunque manejando seriedades, dominan la realidad como si fuera
un gran juego, el juego que tanto le gusta a Cameron.
El hundimiento es, a fin de cuentas, toda una película de desastres típica. Hasta aquí se han narrado dos horas de historia; nuestra segunda parte es la puesta en escena final de una subhistoria de la que conocemos, por cultura general, hasta el final. Buenos efectos visuales... pero poco trasfondo, al más puro estilo desastre americano.
Es inútil negar que "Titanic" evoca grandes recuerdos... una época marcada por la búsqueda del tamaño. Son los años de la construcción del Empire State, los grandes rascacielos de Estados Unidos; la bonanza económica estaba cerca y el negocio de los transatlánticos brillaba entonces. Titanic es un símbolo de su tiempo y una etiqueta de otra concepción vital. Cameron ha querido rendir tributo, no a la época, pero sí a esa concepción... y explicar a los recién llegados, con qué fuerza podemos recordar la tragedia del Titanic. Titanic es, por encima de todo, una reconstrucción emocionante, muy emocionante, de los hechos. Esta última parte, que se representa en la película por unos minutos de final... donde hasta vemos un final reconstruido para calmar nuestra rabia y soltar nuestras lágrimas, resume todas las emociones en una sola de carácter inefable, y puede estar ahí la verdadera calidad del film de Cameron.
Pero de todas maneras, en mi opinión, creo que esta película no se merecía tantos oscars, seguramente los ganó con la publicidad realizada, la pasta que gastaron en hacerla y que es la única basada en un hecho real en que se despelota una tia (
KATE WINSLET)Para añadir una última nota os diré, que como ya sabéis, el TITANIC en 1912 nunca pudo llegar a NEW YORK (era su parada) pero, por fín, en 1998 lo logró (más vale tarde que nunca).